Refiere Borges, en uno más  de sus paradigmáticos textos, que hubo un imperio en el que la cartografía había llegado a un nivel tal de sofisticación, que el mapa de una provincia tenía el tamaño de una ciudad, y el del  imperio ocupaba una provincia. A la búsqueda de la perfección total, los cartógrafos consiguieron la confección de un mapa del imperio cuya escala era el imperio mismo. Desplegado, ocupaba toda la extensión  del territorio  imperial, coincidiendo cada lugar en el plano con su situación real. Se puede adivinar el final de un mapa tan perfecto como inútil.

Viene a cuento  porque la historia  apunta a la utilidad de las realidades virtuales, entre las que se encuentran las que cotidianamente  manejamos en internet. Y aquí se constata una rápida evolución desde el inicial almacenamiento de datos, que continúa, aunque oculto, hasta el despliegue visual de la información contenida, que hace en la actualidad  de una simple página web un verdadero mapa gráfico donde   buscar o encontrar aquello que deseamos conocer.

El desarrollo de la tecnología digital está permitiendo la creación de los mapas inventados por Borges, sin que arrastren su defecto conceptual y sus paradójicas consecuencias. Antes bien, la virtualidad digital nos permite situar y conocer una realidad, que precisamente por su dinamismo y complejidad, nos resultaría imposible representar de otro modo.

Y es que, por supuesto, internet no deja de ser una representación. Entrar en su dominio no supone encontrarse con el mundo real, sino manejar un elemento que forma parte, como toda representación, del mundo en que vivimos. Esa es su parte de realidad, cuya mayor virtud no sería su escala humana, principio al que precisamente se atuvieron los cartógrafos de Borges, sino que se trata de de una virtualidad creada a escala ciudadana. Es decir que permite, o debe permitir, interactuar con el entorno que describe y nos acerca.

Con el estreno de la web de Centros Culturales y Auditorios del municipio de Murcia, www.enclavecultura.com , se pone a disposición de la ciudadanía el  atlas visual de todas las actividades culturales que la entidad de Centros Culturales promueve, y en el que el usuario está reconocido como parte integrante, habitando esa cartografía. Estamos ante web 2.0 en la que se ha desplazado  el foco de atención del evento y la organización, como era habitual en este tipo de páginas, al usuario, que es quien adquiere protagonismo, interactuando con la oferta y las experiencias propuestas

Efectivamente, ante el usuario se despliega el mapa que recoge  no sólo la programación y propuestas, con toda su variedad de espacios, tipologías y disciplinas, sino que las pone en relación de todos los modos posibles: espaciales, temporales, disciplinares…sin jerarquías, pero con orden y claridad. Es el usuario el que clasifica y elige, teniendo además la oportunidad de expresarse, comunicarse y manifestarse.

Si la interacción en la web se realiza mediante operaciones virtuales, éstas finalmente suponen una actividad que es real, no únicamente definida. Y es  cada  actividad indicada la que da su sentido al atlas y acaba haciendo de él un verdadero  mapa cultural que refleja las prácticas de una ciudadanía cultural, en este caso la nuestra.

Joaquín Medina es el gerente de Conexión Cultura

Foto de Sergio Santos.