¿Cómo considerar la Navidad? Se trata de una pregunta a la que seguro cada uno de nosotros tiene muchas respuestas posibles. Sin entrar en valoraciones, lo que sí propongo es un cambio en el punto de vista con que vemos esta celebración colectiva. Y es que la navidad no es, según creo, una tradición religiosa o unas costumbres ancestrales, o una mezcla de ambas con oportunistas añadidos (más bien tiraría hacia esta última). Pero, en cualquier caso se nos sigue quedando la mente en blanco buscando su significación o justificación. ¿Qué es, entonces, la Navidad? Un relato. O, siendo más precisos, un metarrelato. Es decir, un mundo de ficción, en el que participamos activa o pasivamente. Pero a su vez, esta ficción performativa, pues nos incluye como actuantes en un ritual  genérico, así como en las pequeñas ceremonias que reproducen un idéntico modelo de celebración social, está sostenida por un relato ficticio, o, mejor, una colección de relatos, que la justifican.

Aquí no se discute si nos creemos o no el relato, o si estamos de acuerdo en cuanto a  las formas con que lo reactivamos anualmente. Resulta obvio que necesitamos de creencias colectivas. Es lo que denominamos cultura, que podríamos definir, en este contexto, como el valor simbólico de la experiencia  humana. Pero esta dimensión cultural no se da de una manera aislada, sino que entra en concatenación  con los demás aspectos de nuestra sociedad, en especial los económicos y sociales, a los que aporta una función de reequilibrio. Sin ese equilibrio la sociedad en cuestión entra en serio peligro (por ejemplo, podría derivar en esquizoide).

La Navidad, al igual que otros macro rituales cíclicos y colectivos, adopta su función de reequilibrio, mencionada anteriormente, desde la figura del  simulacro. La Navidad es un simulacro, una ficción  a la que se juega. Lo que ocurre es que en la actualidad ese juego no cumple su objetivo de reequilibrio. Necesitamos de otros relatos en los que participar, y partir de los cuales conectar con otro modelo de sociedad. Por supuesto mientras a otro nivel buscamos una renovada identificación, seguimos jugando, de buena o mala gana, al juego de la Navidad.

Joaquín Medina, Gestor cultural y Gerente de Conexión Cultura.

Foto: Theron Humphreys de su serie Maddie on Things